- ¿Qué vendes aquí?, le preguntó.
-Todo lo que tu corazón desee,
respondió Dios.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, pidió lo mejor que alguien podría desear.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, pidió lo mejor que alguien podría desear.
-Deseo paz, amor, felicidad,
sabiduría...
Tras un instante añadió:
-No sólo para mí, sino para todo el
mundo...
Dios sonrió y le dijo:
-Creo que no me has comprendido. Aquí
no vendemos frutos, únicamente vendemos semillas.
Para sembrar una planta hay que romper primero la capa de tierra y abrir los surcos para que la semilla pueda penetrar, regando abundantemente para conservar el suelo húmedo y entonces... esperar con paciencia hasta que germinen y crezcan… Diariamente podemos solicitar "gratis" semillas de VIDA en el almacén de Dios, porque ÉL mantiene su supermercado en promoción.
Para sembrar una planta hay que romper primero la capa de tierra y abrir los surcos para que la semilla pueda penetrar, regando abundantemente para conservar el suelo húmedo y entonces... esperar con paciencia hasta que germinen y crezcan… Diariamente podemos solicitar "gratis" semillas de VIDA en el almacén de Dios, porque ÉL mantiene su supermercado en promoción.
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