Durante esta Campaña
y con el lema:
“Su mañana es hoy”,
exigimos el cumplimiento
del Objetivo 4 del Milenio:
“Reducir la mortalidad infantil”.NUESTRA DENUNCIA
Cada hora mueren más de 1.000 menores de cinco años por causas que se podrían evitar fácilmente; y, cada minuto, mueren 9 por causas asociadas a la desnutrición.
El 70 % de estos menores muere a causa de seis trastornos: diarrea, malaria, neumonía, infecciones neonatales, parto prematuro y falta de oxígeno al nacer.
Además de estas causas de mortalidad infantil, es fundamental tener en cuenta que la mitad de todas estas muertes tienen su origen en:
la desnutrición, a veces durante generaciones, de las madre y los niños.
la falta de agua limpia.
la falta de saneamiento adecuado.
Un alto porcentaje de estas muertes tiene lugar en el primer mes de vida.
Las mayores tasas de mortalidad se registran en Africa subsahariana y en Asia meridional.
En la medida en que consigamos reducir los niveles de pobreza, analfabetismo,
enfermedad y desnutrición, estaremos sentando las bases para reducir muchas
de las causas de la mortalidad infantil.
Cualquier medida que se adopte en esta primera etapa de la vida es decisiva,
no sólo para la supervivencia de los niños, sino para su posterior desarrollo.
La Iglesia, a través de su Doctrina social, es perseverante en la defensa de la vida de los más indefensos, los niños, y en la promoción de la familia como mejor contexto para el nacimiento y el desarrollo de sus vidas.
Dios eligió nacer en una familia y se hizo niño como nosotros. Todo niño es imagen de Dios.
La Declaración de los Derechos del Niño, de 1959, proclama que los niños tienen derecho a crecer en el seno de una familia, a la atención médica, a la educación y, en todoncaso, a una protección especial.
La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1979, establece las normas universales sobre la protección de la infancia y, sin embargo, los riesgos que la amenazan siguen siendo muchos y muy complejos.
Los ODM por los que hace diez años, 189 Estados se comprometieron a reducir la tasa de la mortalidad infantil en dos terceras partes, antes del 2015. Es lo que el mundo reivindica como el cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio.
Son tres compromisos internacionales de cuyo incumplimiento no se dan razones convincentes y sí motivos para temer que falta voluntad para llevarlos a cabo.
NOS COMPROMETEMOS
A seguir trabajando por un desarrollo humano integral y solidario y para acortar la distancia entre los países menos desarrollados y los países ricos.
A seguir contribuyendo a erradicar el hambre y la pobreza y a mejorar las condiciones de vida de cada vez más personas.
A luchar para reducir la mortalidad infantil y por una infancia sana y sin riesgos, a través de proyectos cuyos objetivos sean la protección de los niños, la formación de la mujer, la capacitación de personal sanitario y la creación de condiciones adecuadas para el desarrollo de una vida digna.
A seguir reclamando a nuestros poderes públicos y a otras instituciones que adopten políticas de cooperación coherentes con la defensa de la vida desde la concepción hasta el final natural, el derecho a la maternidad sana y saludable y la dignidad de los niños.
El amor preferencial por los pobres es una opción fundamental de la Iglesia,
que ella propone a todos los hombres de buena voluntad.
Y este amor tiene ante sí mucho trabajo al que Manos Unidas quiere contribuir, porque nos impulsa a la denuncia, a la propuesta y al compromiso.
Los niños son el futuro de la sociedad.
Su mañana es hoy y depende de nosotros
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