Con una mirada a nuestro mundo observamos la dramática situación que sufren millones de niños, víctimas inocentes en todo tipo de escenarios de violencia e injusticia. Los niños son los principales damnificados en las tragedias humanas y naturales que sufre el mundo.
Para paliar esto son los niños los que quieren ayudar a otros niños. La Infancia Misionera se pone manos a la obra para que todos los niños y niñas del mundo puedan crecer felices y tengan la oportunidad de oír hablar de Jesucristo como Salvador, y colaboran con aportaciones económicas.
Con estas aportaciones, la Obra de Infancia Misionera promueve la creación y el sostenimiento de centros para la distribución de alimentos, casas de acogida para niños abandonados y huérfanos, hospitales para atender a los niños enfermos, escuelas e iglesias donde se transmite la fe. Esta Obra subvenciona proyectos sociales, educativos y pastorales que tienen como únicos destinatarios a los niños.
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