París, 12 de noviembre de 2013
¡Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté siempre con nosotras!
Hemos leído, oído y visto la devastación producida por el paso del tifón Haiyan/Yolanda en Filipinas. El pasado viernes, la Visitadora, Sor Efleda Ferriols, no ha podido escribir por falta de electricidad en lo más fuerte de este tifón, pero al día siguiente, sábado, me ha enviado un mensaje en el momento en que el tifón continuaba su trayectoria destructora hacia el oeste del país, de camino hacia Vietnam y China. Quisiera compartir con todas ustedes varios extractos de su carta: es verdaderamente el tifón más fuerte y violento que hemos experimentado… varias regiones del país han sido devastadas, las casas reducidas
No conocemos aun el costo humano, porque numerosos lugares todavía son inaccesibles; pero una estimación habla de al menos 10.000 personas fallecidas en una única ciudad. Haiyan/Yolanda ha azotado el centro de Filipinas, lo que llamamos las Islas Visayas en las que tenemos numerosas Comunidades. Se trata de la misma parte del país en la que, el mes pasado, dos ciudades (Bohol y Cebú) sufrieron un terremoto de magnitud 7,2. Refiriéndome a la carta de la Visitadora, permítanme compartir con ustedes algunas escenas, a la vez
El tifón vino del océano Pacífico y entró por el este de las Visayas, principalmente por la región de Samar/Leyte donde la Provincia ha pasado ya sus misiones a las Diócesis. No tenemos, pues, Hermanas allí. Una de las ciudades más afectadas ha sido Tacloban: La ciudad de Tacloban ha sufrido lo peor del tifón...ante tanta desolación, no he podido más que llorar. He compadecido el dolor de los padres que han perdido a sus hijos ahogados en los centros donde se habían refugiado.
En la isla de Cebú, las Hermanas del Colegio de la Inmaculada Concepción de Mandaue están sanas y salvas; la Escuela ha servido como centro de acogida para 500 personas que habitan ilegalmente en la zona costera... Lo que verdaderamente nos ha impresionado, es el hecho de que algunos jefes de pueblos pobres de los alrededores han venido espontáneamente a ayudar a limpiar los desperfectos… profesores y personal de la Escuela han venido también aunque las clases estaban suspendidas. Las Hermanas del Colegio de la Inmaculada en Gorordo (otra escuela nuestra, cercana) han aportado víveres para los evacuados. Al norte de Cebú... He tratado de contactar a las Hermanas (de nuestras escuelas) en Bogo y en Daanbantayan, pero no he podido llamarlas por la falta de electricidad y de teléfono fijo y móvil. Esta tarde, he recibido un mensaje de una de las Hermanas de Bogo diciéndome que el tifón había hecho estragos terribles... He
tratado de llamar a esta Hermana, pero no lo he conseguido. He pedido al Colegio de la Inmaculada de Gorordo que envíen Hermanas a Bogo.
En Masbate, las Hermanas han ayudado en la evacuación de los pobres de las zonas costeras. Han negociado con uno de los bienhechores para poder utilizar uno de sus edificios como centro de evacuación. Todas las Hermanas están bien… y atribuyen su seguridad a la protección y a la intercesión de María, única Madre de Al oeste de las Visayas: una de las zonas más afectadas ha sido la ciudad de Roxas.
El tejado del hospital San Antonio ha sido arrancado, pero Dios es bueno, porque antes de que el techo del tercer piso se hundiera, las Hermanas y el personal han podido trasladar a los pacientes a los pisos inferiores. Esto me recuerda la experiencia de santa Luisa y de las primeras Hermanas cuando se hundió el techo
En la ciudad de Iloilo, 200 personas que viven en las zonas costeras han venido a buscar refugio al Colegio del Sagrado Corazón de Jesús y han permanecido en el. En Boracay, nuestras Hermanas han huido acompañadas por los Atis (población autóctona). El tejado de su residencia ha volado debido a los fuertes vientos. Por el momento, no se ha señalado ninguna víctima en los lugares donde están nuestras
En New Washington en Aklan, los árboles de mangos que están junto a la casa de las Hermanas han sido arrancados de cuajo, pero su casa se ha salvado. Nuestras Hermanas en Manila han ido a preparar víveres en colaboración con el Departamento de Asuntos Sociales y para el Desarrollo. Enviaremos Hermanas a
las regiones devastadas en cuanto se inicien las operaciones aéreas.
Permítanme citar el último párrafo de la carta de Sor Efleda:
Les suplico que continúen rezando por nosotras, por nuestros hermanos y hermanas que aun sufren por las calamidades que se suceden. En medio de todas estas tragedias sucesivas en nuestro país, ponemos nuestra confianza en el Señor que no nos abandona nunca… Puesto que debemos aceptar estos sufrimientos, rueguen para que las personas afectadas en las Islas Visayas, sobre todo en Bohol, no se hundan en la desesperación. Que nuestro pueblo conserve siempre la convicción de que las tempestades más desastrosas no pueden nunca vencer a Dios y a su amor, porque nada es más poderoso que Él.
Oremos juntas por nuestras Hermanas -las que están en Filipinas y las que están en misión- y por los miembros de la Familia vicenciana. Muchos proceden de las Islas Visayas.
En el momento en que les escribo esta carta, Filipinas está de nuevo amenazada por otro tifón, llamado localmente « Zoraida »; debe alcanzar las islas de Mindanao y de nuevo, las Visayas. Confiemos el pueblo filipino a la Virgen María, Nuestra Señora de la Inmaculada
Sor Evelyne Franc
Hija de la Caridad