Objetivo Plan Marco

Queremos anunciar, de modo renovado, la novedad transformadora de la Buena Noticia de Jesús a toda la comunidad educativa, desde el carisma vicenciano, como proyecto de vida personal y comunitario, y como un compromiso por la justicia y con los más pobres.




miércoles, 27 de julio de 2011

Vidas de nunca acabar






PdD / Julián del Olmo 28.02.2011

La residencia de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl está en Villaobispo de las Regueras, a un paso de la ciudad de León. En ella residen 80 hermanas, de ellas 62 son mayores.
Las Hijas de la Cridad llegaron a Villaobispo en 1971. Lo primero que hicieron fue abrir un centro de salud y una guardería infantil, que llegó a tener 300 niños. Durante 25 años los niños y los enfermos venían para que las hemanas los cuidaran y curaran. Ahora son ellas las que necesitan que las cuiden y las curen. Una de las máximas de la casa es que "nadie es tan pobre como para que no pueda prestar un servicio a otro más pobre".

Vidas entregadas

¿Quiénes viven en este paraíso?
- Sor María González. 88 años, de ellos 27 en la India.
- Sor Adelina Pestaña. 85 años, de ellos 10 en República Dominicana.
- Sor Eulalia Sánchez. 81 años, de ellos 39 en Marruecos.
- Sor Ana Alonso. 77 años, de ellos 41 en Haití y Puerto Rico.
- Sor Leonila Rodríguez, 82 años. De ellos 5 en Camerún.
- Sor Rosario Toral. 73 años, de ellos 12 en Marruecos y Ceuta.
Pero hay muchas más que también han gastado su vida en el servicio a los pobres y necesitados en hospitales, colegios, hogares para niños, residencias de ancianos, comedores sociales y misiones en el extranjero. Ahora son ellas las que necesitan ayuda porque aunque su espíritu está pronto, el cuerpo es débil.

Blanco y negro

El reportaje ha sido grabado en alta definición (HD) y el realizador, Roberto Domingo, junto con el director de PdD, Julilán del Olmo, han decidido utilizar el blanco y negro salpicado con detalles de color para recalcar la profundidad de unas vidas entregadas a los más pobres a lo largo y ancho del planeta. Lejos de buscar el dramatismo el documental ahonda en la seriedad y las raíces de unas vidas que tienen en su encuentro con Dios, a través de la oración, una amplia gama de colores que han ayudado a poner vida donde sólo había muerte y dolor.