Objetivo Plan Marco

Queremos anunciar, de modo renovado, la novedad transformadora de la Buena Noticia de Jesús a toda la comunidad educativa, desde el carisma vicenciano, como proyecto de vida personal y comunitario, y como un compromiso por la justicia y con los más pobres.




martes, 1 de marzo de 2016

Propósitos de Cuaresma

Comienza la Cuaresma, tiempo de buenos propósitos e intenciones, de conversión, tiempo ideal para bajar esos kilos de más que no se depositan en el abdomen, sino que van directamente al corazón, y que afean nuestra vida de cristianos, amigos de Jesús. Ha llegado el momento de ponerse en forma. Por delante, cuarenta días para lograr un corazón en línea… ¿Te animas? ¡Toma nota! El Dietista por excelencia, Jesús de Nazaret, te aconseja.

Ayuna de insultos, palabras vulgares y golpes sobre la mesa o sobre el hermano, y date un atracón de palabras amables, abrazos apretados y gestos conciliadores.

Ayuna de egoísmos, paseos en torno al ombligo y espejitos mágicos, y llénate con las preocupaciones, las inquietudes y las necesidades de tus hermanos.

Ayuna de pesimismo, derrotismo fácil y caras largas, y llénate de confianza en Dios, de las pequeñas luchas de cada día y de sonrisas sinceras y esperanzadoras.

Ayuna de juicios a la ligera, críticas despectivas y reproches destructivos, y mastica palabras de ánimo, consejos positivos y llamadas de atención constructivas.

Ayuna de marcas famosas, últimos modelitos y modas pasajeras, y saborea tu propia personalidad, tu carácter más auténtico y tu moda más genuina (la que brota del corazón, la que no se ve pero se siente).

Ayuna de desidia, apatía e indiferencia, y devora compromiso, inconformismo ante las injusticias y ganas de cambiar el mundo, empezando por tu entorno más cercano.

Ayuna de pedir papeles, de cerrar puertas y de clasificar personas, y empáchate con los papeles del corazón, con puertas sin mirilla y con seres humanos que son todos ellos tus hermanos, tu familia.

Ayuna (y valga la redundancia) de un ayuno falso (bajo en calorías del corazón)de una limosna interesada (algo sacaré de todo esto) y de una oración obligada(toca, que lo vamos a hacer) y paladea un ayuno verdadero, una limosna solidaria y una oración comprometida.

Finalmente ayuna de creerte que tú solito puedes llevar adelante esta dieta, e ingiere el convencimiento y la fe de que, Jesús de Nazaret, está contigo, y si quieres y lo pides, te ayudará a conseguir un corazón lleno de vida.

En base a un artículo de José María Escudero

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