Objetivo Plan Marco

Queremos anunciar, de modo renovado, la novedad transformadora de la Buena Noticia de Jesús a toda la comunidad educativa, desde el carisma vicenciano, como proyecto de vida personal y comunitario, y como un compromiso por la justicia y con los más pobres.




lunes, 19 de septiembre de 2011

Cuento sobre la Verdad

El niño de cristal
Una vez, en una lejana ciudad nació un niño transparente. Se podía ver a través de su cuerpo como a través del aire o del agua. Era de carne y hueso pero parecía de cristal; aunque si caía no se rompía. Alguna que otra vez le salía un chichón pero era transparente: se le veía latir el corazón y deslizar sus pensamientos como si fuesen pececitos de colores dentro de una pecera. Una vez, sin querer dijo una mentira y de inmediato toda la gente pudo ver como un globo de fuego a través de su frente. Volvió a decir la verdad y el globo desapareció. De esta manera no volvió a mentir más.

El niño se llamaba Jaime y la gente le llamaba el niño de cristal y le querían por su sinceridad. Jaime creció, se hizo un hombre y cualquiera podía leer sus pensamientos.

Un día, en aquel país, llegó a gobernar un feroz dictador. Comenzó un periodo de injusticias, abusos y miseria para el pueblo. Si alguien se atrevía a protestar, desaparecía sin dejar rastro. Si alguien se sublevaba lo  encarcelaban. La gente callaba y sufría. Jaime no podía callar, porque sin abrir la boca sus pensamientos hablaban en voz alta y cualquiera podía leer en su frente el dolor por la miseria y la condena por las injusticias del tirano.

El dictador le hizo encarcelar en la cárcel más oscura. Las paredes de la celda donde estaba Jaime, de golpe, se hicieron  transparentes y también las murallas de la prisión. La gente que pasaba por la calle podía continuar leyendo en la frente y el corazón de Jaime. De noche, la celda era una linterna con una gran luz y el  tirano en su palacio no podía dormir aunque cerrara bien todas las ventanas.

Encarcelado y sin libertad, Jaime era más poderoso que el tirano, porque la verdad es más fuerte que cualquier cosa, más clara que la luz del día, más temible que el huracán.
Gianni Rodari

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